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Alumnos Chicken School

Un Día en la Escuela Chicken School

El Chicken School, un rincón de esperanza en medio de las comunidades de Mae Ku Luang, Tailandia, es mucho más que un centro educativo.

Gracias al valioso aporte de nuestra ONG Colabora Birmania, este proyecto es un faro de oportunidades para niños que, de otra manera, se enfrentarían a enormes dificultades para acceder a la educación.

El Camino a la Educación

El día comienza temprano para los estudiantes de Chicken School con el autobús que recoge a los niños de las comunidades circundantes. Este medio de transporte no solo facilita el acceso a la escuela, sino que también protege a los niños de los peligros del tráfico en la zona.

Tras tres viajes matutinos, a las 8:40, los niños participan en el rezo budista antes de recibir actualizaciones sobre la situación en su país natal, Myanmar.

Comienzan las clases

A partir de las 9:00, las aulas empiezan con la enseñanza de cuatro niveles diferentes: el grado 2, el grado 3 y la guardería, que comparten un espacio separado por una pared, mientras el grado 4 tiene sus clases al aire libre bajo un techo de bambú y hojas.

Los más pequeños exploran la riqueza de los alfabetos birmano, tailandés e inglés, mientras que los grados superiores se sumergen en asignaturas clave como inglés, matemáticas y tailandés. Actualmente contamos con dos voluntarias que contribuyen a la enseñanza del inglés, proporcionando vocabulario para la vida cotidiana.

El recreo

En los descansos entre clases las actividades varían, desde vacunaciones hasta la entrega de los carnets de identificación de escolarización, que les sirve de protección tanto a los alumnos como a su familia de la deportación a su país Myanmar. A las 11:30, comienza el recreo, donde se comparte un almuerzo que va más allá de la comida; es un momento de unión entre niños y mayores, quienes comparten arroz, carne, pescado y verduras.

Desafíos

La realidad de Chicken School también abraza la tristeza. Algunos de los niños más mayores faltan a clase, obligados por sus padres a trabajar y contribuir al sustento familiar. La vida nómada de algunos progenitores significa que, en ocasiones, la asistencia escolar se ve amenazada.

Regreso a casa

El día concluye a las 15:00, cuando el autobús lleva a los niños de regreso a sus hogares. Los directores residen en la escuela, y en ocasiones algunos niños también lo hacen, debido a que los padres cambian de trabajo según las estaciones y se van a vivir más lejos.

Un futuro tejido con esperanza

El Chicken School, impulsado por el esfuerzo de Colabora Birmania, no solo educa a estos niños, sino que también les brinda un refugio contra las adversidades, tejiendo un futuro más prometedor para las generaciones futuras en medio de la diversidad de Tailandia.

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